
Foto: LaLiga
El fútbol dejó de ser fútbol en cuanto los árbitros quisieron ser protagonistas. Y se ha vuelto a demostrar en el empate del Atlético en el Ciutat de Valencia. Un día donde Gónzalez Fuertes quiso demostrar que estaba en el campo, como si no se hubiera notado durante el resto de los 89 minutos del Levante 2-2 Atlético de Madrid. Un penalti clamoroso que no era, pero empecemos por el principio. Y es que desde el minuto uno Joao Félix recibió faltas, patadas y agarrones constantes. Agarrones como aquel que le constó una expulsión en el Metropolitano. Sin embargo, en el Ciutat de Valencia no vio la amarilla, como todos aquellos jugadores granotas que le agarraron y patearon… Cosas de un árbitro digno de estudio…
Pero con ese afán de protagonismo continuó González Fuertes durante el Levante – Atlético. Tal fue así que antes de la hora de partido, Simeone vio la primera cartulina amarilla del segundo tiempo. El motivo, reclamar una revisión del VAR por una dura entrada del rival. Pero el colmo llegó a diez minutos para el final. El colegiado se fue a Simeone y lo expulsó por, según reza el acta, «pedir de manera insistente que se muestre tarjeta a un jugador del equipo contrario». Se estaba luciendo en el Metropolitano, pero la traca final llegó en el 89′ de partido. Cuando tras un centro lateral y un remate que se iba al limbo, tocó en la mano de Lodi, en una jugada que acababa en nada y que nadie protestó. Pero un minuto después y a instancias de Estrada Fernández en el VAR, González Fuertes señaló un penalti que acabó condenando al Atleti al empate. Un partido con polémica, González Fuertes como protagonista y el Atlético perdiendo dos puntos, sin juego y por el VAR, ante el Levante en el Ciutat de Valencia.