No hay tiempo para lamentarse. La temporada continúa y los de Simeone afrontan la que será la tercera competición disputada hasta la fecha, frente a un rival que quizás engañe. Por ello, vamos a desgranar cómo está siendo la temporada del CD Lugo.
Un Lugo que, desde su ascenso en la temporada 2011-2012, compitió hasta la fecha en Segunda División. 11 temporadas consecutivas, siendo las últimas caracterizadas por una agonizante lucha por la permanencia en la categoría de plata. Hasta la pasada campaña. Se dice que cuando uno juega con fuego, acaba quemándose, y eso le pasó al Lugo bajo el mando de un Tino Saqués empeñado en desestabilizar y hacer que el club que preside toque fondo. El Lugo fue colista con tan solo 6 victorias, cosechando además 13 empates y 27 derrotas, con -30 de golaveraje por si fuera poco. Tocaba hacer borrón y cuenta nueva, reconstruir una plantilla descompensada y falta de ánimos para conseguir volver lo antes posible.
Óscar Whalley (Chivas) y Sebas Moyano (Real Oviedo), entre otros tantos, pusieron fin a su estancia en la ciudad gallega, para dar entrada a Willy Ledesma (Córdoba), Antoñín (Granada), Jozabed (Málaga), Aguza (Real Murcia), Víctor Narro (Deportivo de la Coruña), Johaneko (Girondins de Bourdeaux) y Nacho Quintana (Sevilla Atlético, ex juvenil del Atleti). Y, no menos importante, dirigidos por el ex rojiblanco Pedro Munitis procedente del CE Sabadell. Y, aún así, no ha sido suficiente.
En las 7 primeras jornadas, el Lugo tan solo fue capaz de vencer en 1 ocasión, imponiéndose por 2-1 al recién ascendido Teruel en la jornada inaugural, para caer en el siguiente partido por 0-3 en casa frente al Deportivo de la Coruña. Sin embargo, el equipo logró sumar 5 victorias consecutivas: 4 en liga (Osasuna Promesas, SD Logroñés, Rayo Majadahonda y Real Unión) y 1 en Copa (Atlético Antoniano, y sufriendo). Parecía que el equipo enderezaba el rumbo pero, de nuevo, llegó la irregularidad. Victorias a domicilio frente a Sabadell y Sestao River por la mínima, además de pasar de ronda en casa frente al CD Mirandés, pero tropiezos ante Unionistas, Cultural y Deportiva Leonesa y Arenteiro, siendo estos dos últimos rivales actuando de visitantes.
Tino Saqués, en un nuevo acto bajo los efectos de la demencia (y, quién sabe, del alcohol), procedió a despedir al técnico santanderino tras pinchar ante el filial del Barcelona y caer en casa del Cornellà. Un despido que se hizo de madrugada, o al menos así lo anunció el club. ¿Su sustituto? El portugués Paulo Alves, que había logrado el ascenso del Moreirense a la Liga Portugal, la primera división del país luso. Un técnico que cuajó una gran temporada la pasada campaña no ya por resultados sino por sensaciones y estilo de juego. Sin embargo, su debut ha sido de todo menos para recordar. No era fácil, pues apenas lleva tiempo en el club y su primer rival fue el Celta Fortuna, uno de los mejores equipos de la Primera RFEF actualmente.
Apenas existen referencias más allá de lo realizado en el Moreirense pero, en su primera jornada como entrenador del Lugo, ya ha dejado muestras de la idea de juego que tiene en mente: salida de balón, principalmente por el sector derecho, para encontrar al pivote (Sabit) con espacios para girar y progresar, evitando a toda costa los envíos en largo del guardameta (Taboaço). Hay que resaltar esto último, pues así llegó el único gol de ese partido: envío en largo erróneo del portero para que el rival robe el esférico en zonas altas, y pasividad de los defensores con amplios espacios para que los atacantes rivales finalicen jugadas. El Celta Fortuna, desde el gol, avasalló la portería local y se vio un equipo superado, apático y con síntomas de nula competitividad.
Pese a ser el 5º peor local del grupo I de Primera RFEF n la rueda de prensa previa al partido los jugadores compartieron la opinión de usar el duelo copero como una oportunidad de motivación y cambiar la dinámica de la temporada, sabiendo que, pese a la fragilidad defensiva del Atlético en condición de visitante, se trata de uno de los mejores equipos de Europa.