Tras el mes de abril y el sorteo de semifinales en Nyom, llegan los malos recuerdos, las pesadillas. El Atleti, otra vez, se verá las caras contra el Real Madrid, en lo que será una nueva guerra, cual troyanos y espartanos en la Batalla de Troya. Un nuevo derbi, en lo que será, esta vez sí, el último derbi en el Calderón donde se jugará con uno más, la afición (Si los arbitros no ayudan a los de siempre). Será una guerra con dos partes, como ya ocurriese en 2015, pero esta vez será una guerra para alcanzar un billete con destino a Cardiff. Una guerra por EL viaje.
Lo que es una heroicidad, se está convirtiendo en rutinario y por ello, todo da igual. Da igual caer, si esto se hace con la cabeza alta. Da igual llorar, sea de alegría o pena. Da igual vencer. Incluso, me atrevo a señalar que da igual salir campeón de Europa. Todo da igual. El trofeo ya está en nuestras manos, el trofeo lo ganamos ‘día a día’. ‘Día a día’ vemos morir a los nuestros, y es que a morir los nuestros mueren. ¿Qué más quieren?
Obvio, incluso un servidor quiere ver a Gabi alzar la dichosa ‘orejona’ al cielo de Cardiff (para acercársela al eterno ‘8’, a Don Luis). Ver al ‘Niño’, nuestro ‘Niño’, alzar su primer trofeo con su Atleti, como si no hubiera conquistado ya bastantes competiciones en el panorama fútbol. Verle a él, a nuestro Mesías, al hombre de negro, a Don Diego Pablo Simeone conseguir algo que tanto ha perseguido. Pero queridos lectores, da igual. Somos así. Nosotros pedimos esfuerzo, coraje y corazón. La cima es lo mejor, claro está, pero para nosotros lo mejor es ver a los nuestros sudar sangre por esta camiseta, nuestra camiseta. Se gane o se pierda.
Una vez más nos vemos las caras contra ellos, los vecinos. Esos quienes nos han dado tantos quebraderos de cabeza, y alegrías también. Si no acuérdense de los goles de Schuster, Futre o Miranda entre otros. ¡QUÉ GOLES! Recuerden, el dolor es lo que nos da la fuerza, y es que cuando el corazón quiere, las piernas responden. Y nosotros somos de esos, de corazón… de corazón caliente. Podremos vengar Lisboa y Milán como ya hicimos el año pasado con Bruselas. Pero recuerden, si no se venga, da igual. Somos el Atlético de Madrid.