OPINIÓN. Llevaba tiempo queriendo hablar del Atleti, de su esencia, de su gente. En definitiva, hablar de lo que realmente es Atlético de Madrid. No es cuestión de «neoatléticos» o no, ni de si el nuevo estadio es más bonito que el Vicente Calderón. Es cuestión de esencia, de honor, de orgullo.
Siempre hemos reivindicado que el Atleti es diferente en muchos aspectos. ¿Lo es ahora? Hay que reflexionar sobre esta pregunta más veces para darnos cuenta de lo que se está haciendo bien o lo que se hace mal. Yo sigo pensando que seguimos siendo diferentes pero cada vez en un contexto más difícil, más cercano de lo que tanto odiamos. El Atleti no son placas, ni asientos cómodos, ni directivos, ni foodtracks ni pitos innecesarios. El Atleti es algo muy diferente a eso, el Atleti es su gente, su coraje, su lucha ante el poder establecido, su manera de reivindicarse y de creer en lo imposible.
La gente no es específicamente el que va al estadio o el que dice ser del Atleti. La gente rojiblanca es aquella que sigue fiel a su equipo en las buenas y en las malas. Es aquella que un 10 de mayo saltaba bajo la lluvia honorificando a sus jugadores mientras otros se ponían el chubasquero. Aquella que, en segunda, llenaba el campo partido tras partido en el infierno. Esa gente que levanta la voz cuando sus jugadores más lo necesitan.
Aunque a muchos les pese, el Atlético de Madrid no es ganar o perder. El Atlético de Madrid es combatir y levantarse. Una derrota es rendirse y no volver a pelear. En el Atleti perder un partido es el primer paso para levantarte y volver a combatir por lo que tanto quieres. Esto lo demuestran y lo han demostrado muchos jugadores con la rojiblanca a lo largo de la historia. Por eso podemos decir que el Atleti es Simeone, Gabi, Torres, Godín, Juanfran y un largo etcétera de futbolistas que combaten y se levantan porque el Atleti es eso, son ellos.
Al fin y al cabo, el Atlético de Madrid es su gente, su esencia. La S.A.D es de otros pero lo verdaderamente importante es nuestro. Así que defiéndalo con orgullo al grito de «Atleti somos nosotros».