![Bajo el madroño: «El fútbol no tiene memoria, sus aficionados tampoco» Bajo el madroño: «El fútbol no tiene memoria, sus aficionados tampoco»](https://www.atleticosport.es/wp-content/uploads/Bajo-el-Madroño-Atlético-de-Madrid-Gil-Marín.jpg)
FOTO: AtléticoDeMadrid
OPINIÓN. Con frecuencia me sigue asombrando la capacidad que tiene el ser humano para establecer una memoria selectiva. Acordarse sólo de determinados aspectos del pasado para evaluarlo o establecer sus expectativas de cara al futuro. Una vez escuché a Fernando Torres decir que el fútbol no tiene memoria, y es probable que así sea porque hemos dejado que pase. Me asombra al mismo tiempo como la gente que decide establecer esa memoria selectiva en su vida se enorgullece de que determinados jugadores fueron como ellos, simples aficionados. Torres, Gabi y Koke son ejemplo de ello y cada vez que son entrevistados siempre tienen unas palabras de recuerdo a esa etapa. Ellos saben que el fútbol es los aficionados y se identifican con ellos. Valores que hay que poner en alza, se dicen, nos decimos. Pero luego me encuentro cómo la memoria sirve sólo para lo bueno y sólo para determinadas personas. Si hablamos del presidente o del consejero delegado el pasado no importa, porque algo estarán haciendo bien si estamos ante el mejor período deportivo de nuestra historia. Hay que pasar por alto los agravios, los insultos a nuestra inteligencia, los delitos cometidos y consentir que nos aleccionen de lo que es mejor para el equipo.
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Ayer mismo, Gil Marín enviaba una misiva a los socios para sacar pecho de lo bien que le va al Club. Enorgulleciéndose de que su gestión está siendo impecable, que tienen la opinión de la gente en cuenta, y que básicamente lo hacen todo genial pero que los que disienten debilitan al equipo. Una frase tras otra encadena medallas impuestas con cero auto-critica. Como si no se hubieran reunido en poco tiempo una cantidad significativa de firmas en contra de abandonar el fue el escudo del Club durante muchísimos años. Como si el año pasado no nos hubiera anunciado que se venían tiempos de dificultad económica por el cambio del estadio. Como si no hubiera dejado a la plantilla en cuadro para la parte más importante de la temporada. Como si el no haber fichado en tiempo y forma fuera una cosa que viniera de fuera.
El consejero delegado del Atlético de Madrid en su carta no ha explicado a sus socios de quién es la responsabilidad de no haber podido fichar durante dos períodos. No ha explicado por qué no consultó a los aficionados sobre el cambio de escudo si según sus palabras consultó multitud de personas, ninguna de ellas a las que verdaderamente deba representar este símbolo. No ha hecho referencia alguna a por qué saca pecho en el apartado económico y todavía sigue sin renovar a dos piezas fundamentales del equipo como son Oblak y Griezmann. Obvia las razones por las que sube los precios de los carnets de socios y los abonos para la temporada que viene si todo va tan bien. Mezcla intencionadamente los datos sobre el «éxito» de los productos del logo con los que conservan el escudo anterior, el de la etapa del Atlético de Aviación y el escudo de fundación.
También podríamos preguntarnos si el club es suyo y en lo deportivo parece ir bien ¿por qué deberían los colchoneros reclamar esas explicaciones? Precisamente por esa amnesia selectiva. Porque ha calado en parte de la afición colchonera que no se puede cuestionar nada de quienes dirigen al club en la mejor época de su historia deportiva. Y aquí radica la falacia del argumento. El éxito no es suyo, ni si quieran lo han gestionado bien, se han limitado a reaccionar frente a los logros de Diego Pablo Simeone. Los Gil llevan al frente del club 31 años, y 6 con el Cholo de entrenador. Durante los 25 años anteriores sólo consiguieron 6 títulos, tener al equipo dos años en Segunda División, poner al club al borde de la quiebra y la desaparición, y nos brindaron la etapa más mediocre en lo deportivo que nunca ha visto este Club. No olviden que el milagro lo obró Simeone, no ellos. Tuvieron/tuvimos suerte de que el argentino entrara en el club.
Para saber a dónde vamos hay que saber de donde venimos y que, a pesar de los errores del pasado, si no se aprende se volverán a cometer. Gil Marín puede ser el dueño del capital del club pero no lo pertenece. El fútbol es de los aficionados y sin ellos no es nada. Ojalá algún día lo aprenda y no lo olvide.