Estimado equipo de Deportes Cuatro,
Quizás les sorprenda la presente misiva, ya que la escribe un fervoroso aficionado rojiblanco, en un día como hoy. Quiero mostrarles mi más sincero apoyo y mi más profunda tristeza por su situación. No me mal interpreten, no es porque hayan tenido que informar hoy del pase a cuartos del Atlético de Madrid (que sé que les ha dolido guardar el hacha que pendía sobre Fernando Torres y el Cholo) sino por la manera en que viven su día a día. Me explico.
Esta mañana me levanté y me preparé para desayunar una taza (generosa) de chocolate espeso, muy espeso, para culminar la celebración por la clasificación de mi equipo. Mientras disfrutaba de mi desayuno decidí correr el riesgo de encender el ordenador para ver qué decía el mundo de semejante hazaña. Para mi sorpresa, descubrí en su cuenta de Twitter @losmanolostv el siguiente mensaje: «Del «Pateti» de Madrid al #AúpaAtlei». En menos de 140 habían ofendido a una institución centenaria y a toda su afición insultándoles sin pudor alguno. Minutos después borraban el tuit. Sin disculpa alguna. Ni una palabra. Los aficionados rojiblancos afearon (con mejores o peores formas pero con razón) la ofensa recibida. Yo mismo reconozco que, en un momento de furia, reclamé una disculpa pública en prime time.
Después de un rato (largo) comprendí qué pasaba. Entendí que se llaman Deportes Cuatro, no por la cadena en la que emiten, sino porque su objetivo es informar de 4 cosas: Real Madrid, Barça, Cristiano y Messi. Que se habían quitado la careta. Esa que cada día deben ponerse para simular imparcialidad u algo parecido a la honestidad. Aunque esto último no siempre lo consigan con éxito, viven con el peso de una farsa, la que ustedes mismos han creado bajo la máxima «lo que vende». Simular, cebando durante media hora cada día, que les interesa el Atleti (sí, se escribe así) para terminar dedicándole dos minutos con suerte. Hoy fue una excepción e imagino que, por eso, se atrevieron a decir que Juanfran es un nuevo héroe para la afición, como si no hubiese ganado ya 5 títulos con esa camiseta, como si su afición hace años que no le adorase. No hubo disculpa por su ignominioso tuit. Entendí que llevar esa careta debe ser difícil, que no todo el mundo lo entiende. No todo el mundo podría vivir así. Negar tu propia naturaleza, disimularla, disfrazarla de algo que no es. Un peso terrible. Me compadezco de ustedes. Me alegro que por unos minutos pudieran liberarse de esa carga, aunque minutos después volvieran a autoimponerse ese castigo innecesario. Y digo innecesario porque todo el mundo saben lo qué son, cómo son, incluso ustedes lo saben, pero se afanan en aparentar otra cosa. Debe ser difícil vivir así.
Les animo, pues, a dejar ese modo vivir, ofendan a quien ofendan, aunque sea mi equipo. Dejarán ustedes de autoengañarse, de creer que nos engañan, de luchar contra su propia naturaleza. Si quieren, sigan insultándonos. Con disculpas o sin disculpas. Nosotros, o yo al menos, seguiremos compadeciéndolos. No son, ni remotamente, igual de felices que nosotros. Si optan por quitarse la careta de forma definitiva se lo agradeceremos. A los colchoneros, como a mí, les gustan las cosas claras y el chocolate espeso.
Un fuerte abrazo,
Juan.
Pd: Chamberlain y Oxlade son como Clark Kent y Superman, como Ramón y Cajal, como el Dalai Lama: la misma persona.