Empecemos por el principio: el Atleti hizo ayer un descomunal partido ante el Barcelona en el Camp Nou, haciendo gala de todas las virtudes que el equipo ha tenido en los mejores momentos de esta temporada. Un ritmo endiablado, defensa adelantada, presión asfixiante, líneas juntas, vértigo y verticalidad. Solamente faltó la asignatura pendiente de otras veces: el gol.
No pudo plantear Simeone el partido de forma más valiente, nada menos que en el Camp Nou. Una arriesgadísima apuesta con Koke como única referencia en el mediocentro, Carrasco de carrilero, Lemar más adelantado y los consabidos Llorente, Suárez y Correa. Una alineación absolutamente ofensiva, que rápidamente empezó a volcar el campo hacia el área azulgrana. Incluso cuando Lemar, lesionado, tuvo que dejar su puesto a Saúl, que sabiendo que está en un mal momento, no desentonó y lo dio todo, alternando su posición con el propio Carrasco. Al final, tuvo que ser sustituido porque estaba a una falta de ver la segunda amarilla.
Como decía, lo único que faltó es el gol. Suárez no tuvo su día de cara al remate y ni Llorente ni Correa ni incluso Felipe pudieron convertir sus remates dentro del área. El de Llorente fue demasiado centrado, el de Correa fue sacado in extremis por Lenglet, cuando el balón olía a red, y el de Felipe se fue arriba a la salida de un córner. Los locales estaban totalmente anulados y solamente un tal Messi monopolizaba el peligro. Una jugada personal, en la que él se lo hizo todo tuvo que ser despejada por Oblak en una más de sus manos imposible.
«Maldito Simeone. Si no fuera por él, ahora viviríamos mucho más tranquilos y no con el corazón en un puño. No te lo perdonaré jamás»
La segunda parte empezó igual que acabó la primera hasta que a los rojiblancos les empezó a faltar el aire tras el enorme esfuerzo. Carrasco y Koke no podían con las piernas y la entrada de Kondogbia y Joao ayudó a que él equipo no se descosiera, pero no a que recuperara la capacidad de llegada. El partido terminaría con el susto de una falta al borde del área que Messi lanzó rozando la escuadra y con un córner a favor de los colchoneros que tampoco fue aprovechado.
Al final, un empate que bajo mi punto de vista puede ser bueno, a pesar de que la central periodística ya se ha apresurado a lanzar a los cuatro vientos su felicidad por el resultado que hace que el tercer aspirante al título pase a depender de sí mismo, obviando que primero tiene que jugar esta noche contra el cuarto aspirante. Eso es lo único que leerán hoy, no el gran partido del Atleti ante el Barcelona ni la valentía del entrenador y su plantilla, llevando a cabo un planteamiento de enfermería o puerta grande con una personalidad de equipo campeón.
Como ya he dicho infinidad de veces estas últimas semanas, yo no sé lo que va a pasar de aquí a los 3 partidos que faltan, pero uno es inmensamente feliz por vivir poder meses de mayo tan felices estos últimos años, en contraposición a aquellos en los que el único aliciente era entrar en la Intertoto, donde esperaban equipos tan contrastados como el Gloria Bistrita. Tras el Barcelona 0-0 Atleti queda claro. Maldito Simeone. Si no fuera por él, ahora viviríamos mucho más tranquilos y no con el corazón en un puño. No te lo perdonaré jamás.
1 comentario en «Contracrónica: «Maldito Simeone»»
Comentarios cerrados.