Tradicionalmente el Alavés es un rival al que ha costado mucho ganar. Hace un año solamente claudicó ante un gol de Fernando Torres a 15 minutos del final. El año anterior sacó un empate en el minuto 94 en la jornada inaugural de aquella Liga, después de que Gameiro y compañía mandaran al limbo un buen puñado de ocasiones para haber ganado claramente. Hoy el Deportivo Alavés se plantaba en el Metropolitano un puesto y un punto por debajo del Atleti. No iba a ser fácil.
Por ello, los locales se aplicaron desde el primer momento siendo plenamente fieles a su estilo: presión alta, líneas juntas y verticalidad tras recuperación. La movilidad entre líneas de Correa, Lemar y Griezmann hacía sufrir a los de Abelardo, que se veían incapaces de frenarles. Por detrás, la pareja de mediocentros, Thomas y Rodri, daba una lección magistral de coberturas y salida clara de balón y Saúl era todo entrega en una posición que no es la suya, pero, claro, eso a él le da igual. El paso de los minutos fue volcando el campo hacia la portería en la que atacaban los rojiblancos y los acercamientos iban siendo cada vez más peligrosos. Hasta que una recuperación de Thomas acabó con el balón en los pies de Lemar que levantó la cabeza y lanzó a Arias que subía como una flecha por el costado derecho. El colombiano tuvo la pausa necesaria para orientarse el control hasta la yugular del Alavés y colocar el balón de tal manera que Kalinic lo único que tuvo que hacer fue anticiparse a los centrales y poner el cuerpo. Tan fácil y tan difícil al mismo tiempo. En 4 toques el balón estaba dentro de la portería de Pacheco en una certera jugada colectiva. No todo iban a ser buenas noticias. Un choque de Lucas con Calleri, en el que Hernández Hernández se inventó una falta del central rojiblanco, acabó con la rodilla de éste lastimada. Volvió el canterano al terreno de juego, pero al minuto tuvo que ser sustituido, que a su vez venía también de otra lesión. Las alarmas se encendían una vez más. Afortunadamente, la cosa se quedó en un esguince del ligamento lateral interno y en un mes de baja. Otro más.
En la segunda parte, el Alavés adelantó líneas y los del Cholo se replegaron esperando la contra. Nada más salir del vestuario Giménez pudo sentenciar en un imponente cabezazo a la salida de un córner (el balón parado ha vuelto) que se estrelló en el palo. La entrada de Vitolo no contribuyó a terminar de controlar el partido. El gran canario sigue mostrando lagunas en el aspecto defensivo e incluso llegó a hacer una absurda y peligrosísima falta en la frontal del área que Ibai no aprovechó. Simeone decidió reforzar la banda izquierda con Montero, al tiempo que Saúl volvía a su posición natural. A partir de ahí, el ímpetu visitante se fue apagando hasta que una contra fue culminada por Griezmann después de hacer la pared con el palo. Aún quedaba la puntilla de un colosal Rodri durante todo el partido, y el Atleti sigue ahí arriba, sin Diego Costa ni Godín ni Lucas, pero con un Kalinic reforzado y con un Lemar cada vez más suelto y desinhibido. Eso, el resultado y las sensaciones del equipo en cuanto a solidez y verticalidad, especialmente en el primer tiempo, son las mejores noticias de hoy. Quedémonos con ello.