Pagó el Atleti el tributo del perdón con una derrota. Las ocasiones claras malogradas por Gameiro y Correa supusieron que el partido no se fuera al descanso con ventaja para los rojiblancos. La de Correa, con todo a favor, fue las más clamorosa. Tras el descanso el Atleti jugó mal y el Sevilla muy bien. Se consumó una de las leyes más antiguas del fútbol «quien perdona la paga».
Los nervionenses maniataron a unos colchoneros faltos de intensidad, y los arrollaron en todas la líneas. El gol del Sevilla llegó en una de esas rarezas de la naturaleza, un fallo defensivo del Atleti creó una autopista para N’Zonzi que aprovechó un magnífico pase de Vietto.
Los nuestros sufrieron la primera derrota del curso, y ante un rival directo. No debe suponer eso un palo en la moral sino un aviso. La falta de concentración, de intensidad y de acierto de cara al gol se pagan caro. Salvo Oblak pocos detalles pueden salvarse de la de la segunda mitad que realizó el equipo. No se puede montar un drama, hay que asumir que se jugó mal, se perdió merecidamente, el rival fue mejor y aprender de los errores que se cometieron.
Hay que destacar el gran partido bajo la lluvia de Nasri. Mostró gran parte de su repertorio para sonrojar a los rojiblancos en la zona de tres cuartos. Incluso chutó al palo, en una acción en la que los nuestros fueron incapaces de defender bien, gracias en parte al talento que exhibió el jugador francés. Su compatriota Griezmann intentó articular el juego rojiblanco pero no era el día. No salía nada, y cuando salió (en la primera parte) no se aprovechó. Fueron la cara y cruz de un día para olvidar.
Se encuentra el Atleti, a pesar de todo, a tres puntos de la cabeza. Sabiéndo que pocos días más concederá así. Los cinco primeros puestos se encuentran en un pañuelo de puntos y estamos ante el inicio más competido de los últimos años. Toca una semana de descanso, al fin, y reponerse para competir otra vez al máximo el próximo fin de semana.