A pesar de los presagios y malos augurios de los días de lluvias sobre Vigo, y del amarillismo en torno a la posible «no celebración» del partido, finalmente se jugó. El Atleti se alzó con la fuerza de Atlas, no para mantener separado el Cielo y la Tierra sino para mantener la distancia que le separa de sus perseguidores en Liga.
Los rojiblancos se proclaman «Campeones de Invierno» hasta febrero (cuando se juegue el Barça-Sporting). Partido a partido se mantienen en lo alto de la tabla con su objetivo principal de asegurar la tercera plaza, y quien sabe si algo más. Las expectativas cada jornada crecen, parece que en cualquier momento se empezará a invocar el «ya caerán» y será una señal de que se están haciendo las cosas muy bien.
Augusto pisaba la que fue su casa a modo de última despedida. Entre pitos y aplausos fue mejorando, como el resto del equipo, con el pasar de los minutos y un cambio táctico «made in Cholo». No fue su mejor partido pero confirma que Simeone ya le ha conquistado para su causa.
La delantera sigue confirmando una cosa: Griezmann sólo se basta. Aunque hoy a su lado Vietto cuajó un gran partido (asistencia incluida) no marcó, y eso sigue siendo un lastre que dificulta abrir la lata,incluso, cerrar partidos. El día que los delanteros que acompañen a Griezmann empiecen a meter goles no habrá paz para los malvados. Sí, malvados, porque para que haya héroes hacen falta villanos, y nosotros tenemos a los dos mejores villanos: Madrid y Barça.
A falta de pólvora una buena muralla o, mejor dicho, una fortaleza. La torre del homenaje se haya protegida por los mejores guardianes haciendo que Oblak iguale el récord en poder de Molina desde la 95/96: 8 goles encajados en 19 partidos. Hace dos años cuando pensábamos que no habría ninguno como Courtois llegó con aire despistado el esloveno, y cada día (aparte de quererle más) ha hecho que olvidemos al belga y le ha superado con creces.