Todo parecía fácil en Almería, pero el Atleti hace todo muy difícil y más si es fuera de casa en Liga. Una noche para hacer mucha autocrítica.
Las novedades en el once y el enfrentarse al colista hacían dudar a todos los atléticos. Unas dudas que se disiparon nada más empezar. Reinildo se convirtió en O’Rei Pelé, se deshizo de tres defensores y puso un balón perfecto que Correa no perdonó. Golazo del argentino, que volvía a ver portería para poner por delante al Atleti. Pero tranquilos, la calma era momentánea. Tras ello, el Almería buscó llegar sin apenas peligro sobre la meta de Oblak. Tan sólo Luka Romero era el más activo por la derecha, pero sin hacer intervenir al esloveno.
Mientras tanto, arriba, Memphis tuvo su oportunidad, que se marchó desviada, y varias acciones en la frontal bien desbaratadas por la zaga andaluza. Las imprecisiones colchoneras en la salida de balón permitieron a Lozano plantarse en la frontal y rematar con un derechazo que hizo estirarse a Oblak. Y un minuto después, el propio Lozano se impuso por alto tras un centro lateral que se marchó alto. Se empezó a acular el Atleti, perdiendo balones incoherentes y ahí apareció el oportunismo local. Decían que era el peor colista, que no marcaban goles y Luka Romero, tras recibir de espaldas entre cuatro, se giró y pegó un zurdazo para poner el empate. Un empate que llevaba a la media hora de juego.
Y tras el gol, pareció mejorar la actitud del equipo, aunque sin ocasiones de peligro sobre la portería defendida por Maximiano. Tan solo un par de córners cerrados, que pudieron dar el segundo de córner olímpico y una falta de Memphis, lejana, que atajó el meta portugués. Un sinsentido de primera mitad, sin actitud, pasividad y apenas reacción tras el empate de un colista que apenas sumaba ocho puntos antes de empezar. Un primer tiempo de vergonzoso, que apenas daba pie al optimismo.
Pasividad, sin reacción y otro traspiés fuera de casa
Arrancó el segundo tiempo con más cambios por descanso que pensando en ganar. Koke y Lino dieron paso a Riquelme y Llorente ya pensando en la Copa del Rey. Un inicio de segunda mitad donde el propio Marcos lo intentó con un remate desde la frontal, que atajó Maximiano. Un improperio de partido el que se estaba viviendo en el Power Horse Stadium, con Luka Romero haciendo mucho daño por la banda derecha pero sin peligro sobre la meta colchonera. Pero es lo que tiene el colista, que en un despeje del Atleti, se lanzó De Paul sólo en carrera, en un dos para cuatro en minoría y el argentino, de puntín y con suerte, batió a Maximiano. Un gol que volvía a poner por delante a los colchoneros.
Y justo después, otra acción de pasividad y una buena combinación entre Viera y Luka Romero, dejó al segundo en el área y batió a Oblak con un auténtico golazo. Un remate que se coló por la escuadra y volvía a poner el empate en el marcador. Todo con poco menos de media hora por delante. Y por eso, Simeone dio paso a Morata y a Saúl en el lugar de Correa y Memphis.
Recta final y Morata la intentó, pero se topó con Maximiano tras un error del Almería en la salida de balón. Justo después, el Cholo decidió dar paso a Witsel en el lugar de De Paul. Y con el empate, qué hizo el Atleti, pues nada. Una noche vergonzosa por parte de los pupilos de Simeone, que hicieron a los locales sumar su noveno punto en todo lo que va de temporada. Y en el último minuto, tras un error de colista, Morata se quedó sólo en el área y remató por encima del larguero… Un balón que era el tercero para la victoria.
Si se creían que iba a ser fácil, pues quedó claro que no. Vergonzoso el Atleti fuera de casa, que dio un nuevo punto a un Almería que hasta entonteces sólo había sumado 8 en toda la temporada. Una noche vergonzosa en tierra andaluza.