El Atlético de Madrid afrontó un partido duro, como era esperado, ante el Getafe. En un día complicado, en el regreso de la animación por parte del Frente Atlético, pero que no sería fácil. Con un once cada vez más reconocible, el Cholo Simeone buscó los tres puntos desde el inicio del partido. Por su parte, el cuadro azulón interrumpió todo lo que pudo el devenir del partido, con la complicidad de Soto Grado.
Un primer tiempo trabado, con muchas imprecisiones pero que apenas generó peligro sobre la portería defendida por Oblak. Las imprecisiones colchoneras empezaban a generar ansiedad. Lino tuvo las dos más claras, con un disparo que se marchó desviado y otro golpeo que el palo desvió por línea de fondo. Todos en el Metropolitano eran sabedores que las oportunidades no iban a ser muchas y que había que encontrar el gol cuanto antes. Además, por la derecha ni Giuliano ni Llorente conseguían incidir con peligro. Quien sí lo hacía era Galán por la izquierda, quien puso un centro perfecto que Simeone remató mal. Así se marchó el partido al tiempo de descanso.
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A la vuelta del descanso Sørloth entró al verde en el lugar de Lino. La cosa no iba a ser nada fácil, las interrupciones del Getafe eran constantes y al Atlético se le empezaba a atascar el partido. Los cambios iban a ser cruciales, primero Correa para desequilibrar, Koke para dar tranquilidad y Nahuel para buscar profundidad. Y fue el argentino, con un centro precioso desde la derecha, quien encontró a Sørloth para anotar un golazo. Se desató la locura en el Metropolitano y la victoria estaba más cerca.
A partir de ahí, el Atlético cedió unos metros ante la presión del Getafe. Ahí apareció Le Normand, quien regresó tras muchas semanas de recuperación, para mantener la portería a cero. El cuadro azulón lo intentó, por activa y por pasiva y con la complicidad de Soto Grado, pero los colchoneros resistieron. Todo para sumar una victoria que les aupa al coliderato.