Tras el buen hacer de los de Fernando Torres en tierras escocesas, el Atlético Juvenil volvía a la carga en la competición liguera para hacer frente a nada más y nada menos que el eterno rival, el Real Madrid.
El Atlético de Madrid fue claro dominador en ambas partes, construyendo desde la seguridad defensiva de la zaga formado por el argentino Gerónimo Spina y Raúl Girona, que actuaría hoy como central por izquierda. Tanto Diego Rosado por derecha, como Julio Díaz en el sector opuesto, causaron estragos en el rival gracias a la capacidad para repetir esfuerzos, la concentración en el 1 vs 1 y la verticalidad en los contragolpes. De esta f0rma llegaría el primer tanto rojiblanco: Rayane, una de las grandes joyas de la Academia, recibió solo tras un balón en largo y batió al meta blanco en el mano a mano. Minutos después, también al contraataque, Julio Díaz envió un centro para Omar Janneh que decidió dejar pasar al pensar que se encontraba en posición adelantada pero, por suerte, Diego Rosado llegaba desde la banda derecha y picó el balón lo suficiente para introducirlo al fondo de la red.
En la segunda parte, el equipo bajó el ritmo, sin que eso significara que se produjeran desatenciones defensivas. A pesar de ello, el Real Madrid redujo la distancia en el marcador e hizo saltar las alarmas en Alcalá de Henares. Aun así, el Atleti puso toda la carne en el asador y gozó de varias ocasiones claras entre Iker Luque, Omar Janneh, Javi Alonso y compañía. Este último, por desgracia, vio cómo el colegiado le expulsaba por doble amarilla, al propinarle sin querer una patada al rival cuando se disponía a chutar. Hubo algún que otro momento de tensión en los banquillos ante tal acción, y el ambiente se caldeó innecesariamente. Por los cambios y esta expulsión, el árbitro decretó 4 minutos de añadido que solo sirvieron para que Salvador Esquivel, como bien reza su propio nombre, fuera el salvador del Atleti al realizar una parada de reflejos y a una mano sobre un disparo potente ajustado al palo izquierdo de su portería.
Tras el pitido final, el Atleti estalló en júbilo, pero apenas empezaron las celebraciones cuando alrededor de 6 jugadores del Juvenil blanco trataron de rodear y agredir a Julio Díaz, por lo que todo el equipo corrió a socorrerlo. A pesar de este penoso suceso, el equipo celebró con la grada la victoria que les afianza como líderes del grupo V de División de Honor, a 8 puntos del Real Madrid y a la espera de lo que haga el colíder, el Rayo Vallecano.