El regreso de La Liga al Metropolitano dejo una tarde tranquila para la afición del Atlético de Madrid, donde sumó tres puntos clave ante Las Palmas. Todo en un partido marcado por el precioso y emotivo minuto de silencio en memoria de los fallecidos afectados por la DANA, especialmente con el recuerdo de las peñas atléticas más afectadas. Como la Peña Centenario de Paiporta y la Peña ‘El Paradón’ de Utiel.
En cuanto al fútbol se refiere, todo quedó en un segundo plano. Giuliano sorprendía como titular en un once con Nahuel, otra vez como en Copa, como tercer central. Con el regreso de Pablo Barrios, que siempre aporta algo diferente y con una necesidad que a la media hora, comenzó a resolverse. Las Palmas no ofrecía peligro sobre la portería de Oblak y en uno de los pocos balones buenos de Nahuel en las últimas semanas o incluso meses, puso un pase a la espalda de la defensa y Giualiano, tras colocársela de cabeza, remató con la derecha al palo cruzado.
Un auténtico golazo del hijo de Simeone, que estaba demostrando con creces los motivos de su titularidad. Su primer gol como rojiblanco, que celebró con rabia junto a la grada. Todo en un primer tiempo en el que Ricardo de Burgos Bengoechea, incluso a instancias del VAR, decidió no pitar un penalti clamoroso por mano. Y antes del descanso pudo sentenciar Griezmann, tras un centro preciso de Barrios, pero el larguero repelió el balón.
Control y sentencia
El segundo tiempo el Atlético mantuvo el control, realizó hasta seis cambios (Las Palmas ejecutó uno por conmoción cerebral) y ajustó posiciones de cara al duelo europeo. Un segundo tiempo plácido que acabó sentenciándose en los minutos finales. Apareció De Paul, que cuando quiere es el mejor, para meter un pase precioso entre líneas y que Sørloth, a diferencia de lo que sucedió ante el Lille, mandó al fondo de la red. Un pase perfecto y una definición mejor para sumar tres puntos clave.