El Atlético venció, en un partido espeso y con Barrios, ante un Oviedo correoso pero que cedió en dieciseisavos de la Copa del Rey.
Un día más, el Atlético volvió a sumar una victoria, con mucho más gol que juego, pero venció en Oviedo y estará en el sorteo de octavos de la Copa del Rey. Todo en un día dónde casi mil personas colchoneras se desplazaron a Oviedo para teñir Asturias de rojiblanca. Un partido que, pese al control colchonero, las más claras fueron del Oviedo. Y es que hasta tres ocasiones en apenas veinte minutos dejaron el miedo en el cuerpo a la afición rojiblanca. Un mal inicio, que los de Simeone no lo pagaron por la mala puntería de los carballones. Y cuando peor estaba, Griezmann puso un balón por alto a Llorente, que consigue un remate final preciso. Un primer tiempo que acabo con el cuadro azulón sobre la portería de Oblak pero sin puntería.
El segundo tiempo comenzó más calmado aunque con el cuadro local sin perder la esperanza. Solo una ocasión inicial y tranquilidad a lo largo de los primeros minutos del segundo tiempo. Ahí empezó el carrusel de cambios, con la entrada de Pablo Barrios y el cambio, por molestias, de Mario Hermoso, que se tumbó en el verde y no pudo continuar. Y en la recta final, cuando el miedo podía acechar, una gran jugada combinada acabó con un pase filtrado a Barrios que sentenció.