El derbi de filiales entre el Real Madrid Castilla y el Atlético B dejó un partido de altura en Primera RFEF y con un injusto reparto de puntos.
El partido comenzó con una ocasión de Adrián Niño al minuto 2. El de Rota gozó de su primera titularidad en un partido complicado por el contexto de un derbi. Sin embargo, el local se fue haciendo fuerte y, tras un centro lateral de Vinicius Tobías (sin oposición…), Nico Paz remataba de cabeza tras el fallo en la marca de Ilias Kostis. Los rojiblancos recibían un jarro de agua fría tempranero, tocaba remar a contra corriente. A pesar del gol encajado y la insistencia de los blancos en ampliar la ventaja, los de Tevenet comenzaron a calmar el ambiente, tomar el control de la posesión y madurar su juego.
De esta forma, poco a poco llegaron las ocasiones rojiblancas gracias a Diego Bri y Salim en las bandas. Tras varias llegadas, con centrocampistas como Guerrero incorporándose desde segunda línea, llegaría el gol del empate. Salim recibió un pase en banda de Pablo Pérez, encaró a Vinicius Tobías, se fue de él con una facilidad pasmosa y batió al meta rival con un disparo que engañó hasta a los 3.700 espectadores presentes en el Alfredo Di Stéfano que, además, no tuvieron reparos en proferir gritos racistas al juvenil. El gol, por añadir, se produjo en un momento crítico para el rival pues la primera parte estaba cerca de concluirse.
La segunda parte fue una continuación de lo trabajado en el primer tiempo. Con personalidad y garra, el Atleti B dominó y encerró al Castilla, gozando de varias ocasiones claras, siendo la más clara un mano a mano de Salim con el portero. Si bien el marroquí no tuvo éxito en esta jugada en concreto, la facilidad del equipo para combinar en pocos toques y rápidamente hasta dejar a Salim solo frente al portero, dijo mucho del momento que estaba atravesando el equipo de Raúl González. Aun así, Tevenet decidió hacer cambios, introduciendo a Joel Arumí y Abde por Salim y Niño.
Y, en la siguiente jugada, un error fatal en la salida de balón propició un contraataque del Castilla que culminaría con el 2-1 de Víctor Muñoz. Cierto es que, minutos antes, Iturbe realizó una gran parada al tapar un 1 vs 1, pero era poquísimo premio para tanto trabajo. Parecía que introducir un doble lateral en la banda más débil del equipo no era la mejor solución. Entraron Calatrava y Mestanza, y sería este último el que conseguiría empatar de nuevo el partido. Tras un centro raso de Arumí, y un sutil toque de Sergio Guerrero, el ex del Rayo Majadahonda aprovecharía la confusión del local para rematar casi a bocajarro y hacer el 2-2 en el 88′. Desde entonces, el plan no fue otro que hacer que se jugara lo menos posible, demostrando pillería frente a un rival más experimentado en la categoría.
Así terminó el encuentro en Valdebebas, con la sensación de haber merecido más por el trabajo encomiable del equipo, tal como comentó posteriormente Tevenet en rueda de prensa. Por si fuera poco, el rival de la próxima jornada no es otro que la UD Ibiza, líder del grupo II que llegará más descansado al haber sido aplazado su partido frente al Real Murcia este domingo.