Otra noche poco habitual para la afición colchonera, después de lo de Praga. Una nueva goleada, que empieza a ser habitual en la visita del Atlético de Madrid al Real Valladolid. El Cholo Simeone sólo cambiaba a Griezmann en el once, que entraba en el lugar de Sørloth, para mantener la idea de las últimas jornadas. Y así se produjo. Tras un inicio de mucha intensidad, como ya esperaba el técnico argentino, todo cambió con un actor poco esperado por esos lares.
Fue a la salida de un córner desde la izquierda que llegó a la derecha. Julián, dentro del área, encontró a Llorente que pisó línea de fondo y puso un centro perfecto que Lenglet, sólo en el área pequeña, sólo tuvo que empujarla. Se estrenaba el Atlético en el marcador y el francés lo hacía con la elástica colchonera. Un gol que asentó las ideas colchoneras y desmoronó las vallisoletanas. Y en diez minutos sentenció. Un buen Giuliano hizo el segundo, pero el VAR lo anuló por fuera de juego.
Pero poco duró la frustración, ya que justo después, Julián Alvarez amplió la ventaja aprovechando un rechace del portero. Giuliano Simeone ganó un balón por la derecha, llegó a línea de fondo y dio el pase de la muerte a un Griezmann que se encontró con el guardameta local, pero el rechace lo aprovechó el argentino para ampliar la ventaja. Celebraba la afición desplazada a Zorrilla cuando sin apenas tiempo para descansar, Galán hizo de las suyas por la izquierda, pisó área y puso un centro atrás que De Paul, con un golpeo sutil, hizo el tercero.
Una noche plácida para el Atlético, que aprovechaba el tropiezo del Barcelona (derrota 1-2 ante Las Palmas) y se coloca a dos puntos del líder de La Liga. El partido parecía sentenciado y justo antes del descanso, otra vez el VAR, frustraba la fiesta rojiblanca. Giménez había hecho el cuarto con un cabezazo inapelable, pero cuando ya estaban todos colocados para reanudar el partido, el árbitro fue avisado de un fuera de juego previo de Griezmann. Y así se marchaba el partido al túnel de vestuarios.
Plácida segunda mitad en Zorrilla
El segundo tiempo arrancó con la entrada de Reinildo en el lugar de un buen Javi Galán, con tarjeta, con el fin de evitar un mal mayor. Y fue nada más comenzar cuando se puso la sentencia, todo con una obra de arte de Antoine Griezmann. Uno de los mejores goles de la carrera del francés. Giuliano encontró al francés en la frontal, realizó una pared magnífica con Julián Alvarez y, con baile incluido, Griezmann la picó por encima de Hein. Un gol de mucha factura.
A partir de ahí, el Atlético decidió bajar la intensidad con el partido sentenciado ante el Valladolid. El Cholo entendió que estaba todo visto para sentencia y empezó a rotar. Un triple cambio en el que daba minutos a Koke, Sørloth y Correa, que entraban en el lugar de Griezmann, De Paul y Julián. Y minutos después, previo larguero del Valladolid en la única acción de peligro de los locales, Barrios se marchó y dio paso a Lino. Las acciones de gol ya no eran tan claras y el partido llegaba a su fin. Pero en el descuento, Gallagher lanzó la contra, Correa se plantó en el área y puso un centro perfecto que Sørloth envió al fondo de la red. Un quinto tanto para sentenciar una noche redonda.
Todo en una nueva gran noche para el Atlético de Madrid. Es la séptima victoria seguida del equipo, la cuarta en La Liga. Y con esta victoria, el equipo de Simeone duerme segundo a dos puntos del líder. Ahora, a pensar en la Copa.