El pasado miércoles, el Atlético de Madrid obró el milagro y eliminó al Inter para meterse en cuartos de final de la Champions League. Lo hizo con su capitán como líder absoluto durante los 120 minutos que se disputaron el Metropolitano. Koke estuvo en todas partes con y sin balón, ayudando en la salida, y metiendo balones al área. El vallecano fue el jugador rojiblanco con más intervenciones (118), más pases acertados (94) y más pases clave (4).
Además, el capitán fue protagonista fundamental en los dos goles del Atleti. En el primero, un balón suyo al área acabó en las botas de Griezmann tras un error de la defensa del Inter. No perdonó Antoine para hacer el empate poco después del gol de los visitantes. Por si fuera poco, Koke se dejó su mejor truco para el final. Allá por el minuto 86 de partido, con el Atleti a un gol de forzar la prórroga, el capitán se inventó un pase de genio para asistir a Memphis en el 2-1 que llevaría la eliminatoria a la prórroga y, posteriormente, a los penaltis.
Lo dicho anteriormente parece inmejorable, pero falta la guinda del pastel. Ante el Inter, Koke fue el futbolista de ambos equipos con más distancia recorrida. No es algo especialmente llamativo, ya que, como decíamos al principio, suele estar en todas partes. Lo que si llama poderosamente la atención es el número. Koke recorrió DIECISIETE KILÓMETROS Y MEDIO. Casi dos kilómetros más que el siguiente en la lista, Hakan Çalhanoglu.
Cuando Lautaro Martínez falló su penalti y certificó el pase del Atleti a cuartos, se vio a un Koke más emocionado que nunca. El capitán, igual que más de 69.000 personas se dejaron sus gargantas, se dejó el alma por su Atleti, y afortunadamente tuvo premio. Su abrazos con Riquelme y Simeone al final del encuentro representan a la perfección lo que es el Atlético de Madrid. La noche mágica del Metropolitano tuvo varios héroes: Memphis Depay, Antoine Griezmann, Ángel Correa, por supuestísimo Jan Oblak…
Pero, sobre todo, Jorge Resurrección Merodio. Ahora, solo falta la guinda del pastel: su renovación.
