Dos nuevas caras llegan al Estadio Metropolitano, a pesar de no ser al césped del mismo. Tal y como ha informado Marca, Carlos Bucero y Óscar Mayo han sido incorporados a la estructura del Atlético de Madrid como director general de Fútbol y director general de Ingresos y Operaciones, respectivamente. El primero, Carlos Bucero, cuenta con una extensa trayectoria, y, con pasado en el Real Madrid. Se le ha conocido por ser, hasta ahora, representante de Julen Lopetegui o socio cercano de Jorge Mendes. Mayo, por su parte y hasta su incorporación al Atleti, ha ejercido desde finales de 2017 como director de desarrollo internacional de La Liga, y, desde 2019, como supervisor del área de negocio de la Primera División.
Estas caras nuevas llegan en un momento de clara reconstrucción del club, al menos desde los despachos. Desde la construcción e inauguración del Metropolitano allá por 2017, pasando por la fundación de franquicias en Canadá (Atleti Ottawa) o México (Atleti de San Luis), hasta la creación de la Ciudad Deportiva de Alcalá de Henares y, el Atlético ha optado por una modernización que sigue su proceso en los despachos del club, culminando con lo que será la Ciudad del Deporte a las afueras del Metropolitano, con el estadio de atletismo, las canchas de uso municipal, los seis campos de fútbol, la residencia del Atleti o la famosa playa artificial que ya conocíamos desde hace unos meses.
A pesar de todo esto, ¿no era vender el objetivo de Gil al finalizar esa Ciudad del Deporte? Al menos eso apuntaban los rumores desde finales de 2022, cuando la actual dirección rojiblanca empezó a sondear la posibilidad de vender sus acciones en el club, a las que, teóricamente, se sumaría la deuda del club. De hecho, hubo ciertos rumores que apuntaron a un derecho de tanteo sobre las acciones de Gil por parte del fondo americano Ares (con acciones atléticas hasta la 2025/26), encabezado por el magnate americano Antony P. Ressler, accionista minoritario de los Milwaukee Bucks y dueño principal de los Atlanta Hawks de la NBA.
De esta forma y hasta la oficialidad de la venta del club, hoy por hoy bastante improbable, parece ser que la directiva del Club Atlético de Madrid se seguirá reforzando y cambiando la estructura en un plan que solo Gil Marín conoce.