En la última semana en Twitter ha cogido temperatura una de las cuestiones más importantes dentro del colchonerismo: el cambio de estadio. El debate se plantea entre aquellos que se posicionan contra la gestión de Gil desde que se apropiara del Club, y los que no terminan de censurar abiertamente aquella apropiación y defienden el modelo actual de gestión del club. Unos defienden que no se produzca el cambio de estadio y otros son acérrimos defensores del cambio, ¿adivináis quien es quien?
Desde Atlético Sport queremos plantear el debate ilustrando a aquellos que por cualquier circunstancia lo desconozcan con las claves judiciales, deportivas y económicas que lo sustentan. Nuestra intención es establecer los argumentos de la manera más simple para que sean entendidos por los ajenos a la cuestión. Sin pretender dar una clase de historia reciente del Atlético de Madrid hemos de remontarnos al momento clave, el origen del modelo actual: las sociedades anónimas deportivas (SAD en adelante).
En 1990 la situación económica de los clubes era muy delicada, para solventarlo y proporcionar un modelo sostenible el Gobierno ideó la creación de las SAD. Este modelo se apoyaba en la profesionalización del fútbol, plantear formas de transparencia económica y de financiación como posibles salidas a Bolsa. Es obvio que el modelo fracasó y que los clubes tuvieron una nefasta gestión en connivencia con la Hacienda Pública que permitió un endeudamiento nunca antes conocido ni permitido a ningún particular. Con la Ley 10/1990 y el RD 1084/1991 se ordenó a los Clubes (hasta ese momento sociedades deportivas sin ánimo de lucro) que tuvieran pérdidas en los 4 ejercicios anteriores debían convertirse en SAD. Solo 4 equipos se salvaron de la conversión: Real Madrid, FC Barcelona, Osasuna, y Athletic Club.
Con este panorama volvemos al Atleti, donde Jesús Gil y Gil (junto con Enrique Cerezo) se hace con el club sin poner un solo euro. ¿Y cómo se hace eso? se preguntarán algunos de ustedes, pues veamoslo en 3 sencillos pasos:
1º- Jesús Gil siendo presidente ficha determinados jugadores para el Atlético de Madrid con su propio dinero, a modo de préstamos sin interés (véase Futre). No documenta esas deudas, no constan sobre papel ni en los libros contables, ni en otro ningún lado. El club las reconoce pero no aporta los documentos que las justifiquen.
2º- El CSD fija un capital para constitución de la SAD. Jesus Gil pretende que el club le compense lo que se le debe por los préstamos en acciones de la SAD. El CSD le dice que si se reconocen los créditos entonces el capital para la transformación sería mucho mayor.
3º- Entonces Jesús Gil hace que el Atlético de Madrid le ceda los derechos de sus jugadores. Gil solicita préstamos para suscribir las acciones de la nueva SAD. Y cuando la SAD está al fin constituida, Jesús Gil vuelve a vender los derechos de los jugadores al Atlético de Madrid y con el dinero recibido cancela la mayor parte de los préstamos.
Así es cómo sin poner un céntimo se apropió indebidamente del Club. Sin embargo, cuando se enjuiciaron por primera vez los hechos estaban prescritos tal y como se puede comprobar al leer la Sentencia de la Sala de lo Penal del Tribunal Supremo de 4 de junio de 2004. Quedaron absueltos tanto Gil como Cerezo, a pesar de que como señala la sentencia el delito se había cometido. Fallecido Jesús Gil heredó sus acción su hijo Miguel Ángel Gil Marín que fue condenado por el Tribunal Supremo por estafa por contrato simulado obligado a devolver 16 millones de euros al Club. Este punto es vital, pues es sobre el que se sostiene parte de la contienda. Los posicionados contra Gil Marín no reconocen su autoridad como dirigente del club, y por lo tanto fiscalizan cada una de las decisiones que se toman. Sobre todo, la más importante hasta la fecha el cambio de estadio.
En junio de 2007 el Ayuntamiento de Madrid, Mahou y el Atleti llegan a un acuerdo para la venta de los terrenos donde se hayan la fábrica de la cervecera y el Vicente Calderón. Se ofrece al equipo en compensación los terrenos de la Peineta donde se construiría el nuevo estadio con vistas a acoger unas olimpiadas. FCC se comprometió a realizar dichas obras a cambio de que en los terrenos del Calderon se le dejara construir unos edificios cuya venta entre oficinas y viviendas le proporcionaría una plusvalía en relación con el gasto realizado en la construcción nuevo estadio.
En este punto ha sido Señales de Humo junto a Ecologistas en Acción los que se han opuesto a los planes de ordenación urbana llevados a cabo por el Ayuntamiento de Madrid, y que conllevan el cambio de estadio. Con cada victoria judicial de estas asociaciones se ha visto comprometida la operación poniendo en apuros económicos al Club. FCC se retiró de la operación al entender que la variación de las circunstancias al no poder construir las alturas prometidas en primer lugar le generaba un déficit. En esta operación el Atleti ha pasado de no tener que pagar nada, a desembolsar más de 200 millones de euros para realizar la operación. Para completar las obras y que el traslado se produzca al término de la próxima temporada se ha pedido un crédito a una empresa perteneciente a Slim.
Quienes defienden el cambio sostienen que es pasar de un estadio obsoleto a uno cinco estrellas. Entienden que la intervención de Señales de Humo está torpedeando la economía del Club y por lo tanto impidiendo un crecimiento económico y deportivo. Se argumenta que si el objetivo son Gil y Cerezo que se cargue contra ellos pero no contra el Atleti como institución. Piensan que lo mejor para el Atleti es que la operación se haga de cualquier manera porque supone una evolución. Quieren ver al Atleti competir económicamente de tú a tú con los grandes del continente y que eso pasa por dejar a los dirigentes hacer lo que tengan que hacer para los intereses del Club.
Por el contrario la oposición entiende que no se pueden lograr todos los objetivos propuestos a cualquier precio. Y que no son ellos los que están torpedeando al club con la fiscalización que realizan a través de los procedimientos judiciales que inician, sino que son Gil y Cerezo los que con su gestión provocan que deba irse a juicio para impedir que con su gestión se ponga en un peligro mayor a la institución. Piensan que no todo vale para conseguir objetivos a corto plazo. Que el cambio de estadio pone en peligro económicamente al Club por el desembolso que debe hacerse y los préstamos que está obligado a contraer para llevarlo a cabo. Afirman también que sin una consulta a los socios no puede llevarse a cabo un cambio tan drástico como éste. Argumentan que una reforma del Calderón habría sido mucho menos costoso y habría conseguido los objetivos perseguidos con este cambio.
Este es el resumen básico, pero existen cientos de pormenores que intervienen de manera esencial y que no acabaríamos nunca de analizar suficientemente. Ambas posturas quieren lo mejor para el Atleti pero lo entienden desde puntos de vistas tan distintos como irreconciliables. ¿Con quién estás de acuerdo?
No estoy de acuerdo con el cambio de estadio.Esta es nuestra casa yevo media vida de socia . El nuevo estadio para toda la gente del sur nos viene muy lejos y seria empezar de nuevo y olvidar todo lo vivido en el Calderón. NO AL CAMBIO DE ESTADIO !!