Con empate a uno en el marcador y el partido casi en el descanso, Joao Félix se hizo grande en el área e hizo el segundo ante el Granada, pero cuando giró para celebrarlo… El colegiado Hernández Hernández había decidido anular el gol a instancias de su linier. De forma inexplicable, en una jugada limpia y en un gol que debía subir al marcador, el Atlético veía como a instancias del colegiado el empate continuaba en el luminoso. Nadie se lo podía creer, algunos pensaban que era fuera de juego, pero no. La falta, botada por Carrasco, la peinaba Lemar en el primer palo y Joao Félix, que salto antes que Machís, se hizo grande y puso el 1-2 en el luminoso. Pero Machis, que se metió debajo del portugués, se tiró al suelo y el colegiado picó.
Lo peor de todo que ni si quiera el VAR, en un gol claro de Joao Félix, entró para anunciar el error claro y manifiesto en el Granada 1-1 Atlético. Inexplicablemente, el gol no iba a subir al luminoso y en el Atlético nadie se lo creía. Todo en una acción mucho más limpia de la que se vivió en Sevilla, apenas hace unos días, cuando Delaney se tiró sobre Koke, rematando al larguero en una jugada que acabó con el gol de Ocampos. Pero ni allí se revisó para una posible falta, ni aquí, con mucho menos contacto, se avisó de que no había nada en el salto de Joao Félix.