Del “ganar, y ganar, y ganar y volver a ganar” de Don Luis Aragonés, llega el “insistir, insistir y volver a insistir” de Diego Pablo ‘El Cholo’ Simeone. Esto viene a que el Atlético de Madrid lleva cuatro años consecutivos cayendo ante el eterno rival en la UEFA Champions League. Ha llegado a tres finales en su historia y no se ha hecho en ninguna de ellas con el título.
Cuando en el día a día intentas algo y no lo consigues tienes dos caminos, el de rendirte o el de seguir buscándolo ya que “si se cree y se trabaja se puede”. Esto mismo es lo que hace este Atleti de ‘El Cholo’. Pese a todos los varapalos sufridos en los últimos cuatro cursos, en lo que a la Champions se refiere, el equipo del Manzanares no decide darse por vencido. El técnico argentino consiguió lo que nunca nadie había conseguido antes en el club, llegar a dos finales de la máxima competición continental en tan solo tres años. No obstante como ya sabemos, no hemos llegado a levantar al cielo el trofeo, ‘la orejona’.
El camino fácil sería el de rendirse. Dedicarse a jugar la liga y la copa y presentarse en la fase de grupos de la Champions sin ambición de llegar más lejos. Pero no, este no es el camino elegido por los atléticos, este no es el camino elegido por la afición, este no es el camino elegido por Simeone y sus muchachos. El equipo sigue intentando alzar ese trofeo de manos de su capitán en Neptuno ante miles de colchoneros. La prueba está, sin irnos más lejos, en el partido de vuelta de las semifinales de esta edición ante el Real Madrid, donde el club de la ribera del Manzanares, con un 3-0 en contra, creía en la remontada y casi la consigue al hacer dos goles en menos de 20 minutos de partido.
Insistir, insistir y volver a insistir en ganar esa Champions que tanto se nos resiste. Pero no antes de conseguir el objetivo de cada temporada, ser tercero en la Liga tan solo por detrás de los dos titanes del fútbol español actual, para poder estar en el sorteo de grupos del año que viene de la competición europea. Esto lo hemos conseguido este pasado domingo al conseguir el puntito necesario que faltaba para que, matemáticamente, no hubiese duda de esa consolidación en el bronce liguero. El equipo de Simeone visitaba un estadio muy complicado aunque no se jugaban nada a estas alturas de curso, el Benito Villamarín del Real Betis Balompié.
El Atlético de Madrid llevaba 74 puntos en la jornada 36 por los 69 del cuarto clasificado, el Sevilla. Tan solo un punto era necesario, independientemente de lo que hiciese el club andaluz. Dicho y hecho, así fue, empate a uno en nuestro partido y el club indio tercero matemáticamente. Por si acaso, el Sevilla no conseguiría ningún punto por su derrota en su correspondiente encuentro.
Se notaba que las piernas de nuestros jugadores pesaban ya que venían de realizar un esfuerzo muy grande en la vuelta de la Champions que, pese a la derrota, desgastó casi en su totalidad a los guerreros del Cholo. Un año complicado sin poder optar a ningún título colectivo pero con muy buenas sensaciones en las mentes de los jugadores. Una buena campaña, un tanto irregular en liga a principios y mediados de año pero que, en el ‘sprint’ final de este, se ha saldado con buenos resultados y finalizado con el objetivo a conseguir cumplido.
Tan solo queda ya la despedida del templo colchonero, el Vicente Calderón. La última jornada de la historia del estadio. El último partido del equipo en el lugar de Madrid que vio al club ganar partidos importantes, que también vio perder otros tantos, levantar títulos para la historia, irse y volver a ídolos, repartió alegrías, lloró golpes dolorosos pero siempre se mantuvo fiel al club.