Pese a caer en los cuartos de final de la UEFA Champions League contra el Borussia Dortmund el pasado martes, no todo son malas noticias para el Atlético de Madrid. El conjunto colchonero ha conseguido clasificarse para el nuevo formato que tendrá el Mundialito de Clubes en 2025. Por conseguir esta plaza el Atlético va a recibir 50 millones de euros. Un dinero extra que hay que sumar al que se ha conseguido por llegar lo más lejos posible en Champions.
El conjunto rojiblanco ha obtenido gracias a la máxima competición continental un total de 75 millones de euros; 15,64 millones por jugar la fase de grupos; 11,2 por haber obtenido cuatro victorias; 1,86 por conseguir dos empates; 9,6 por pasar de ronda e ir a los octavos de final; 10,6 por conseguir llegar hasta los cuartos de final, y 26,151 que ha otorgado la UEFA por posición en el ranking UEFA. También hay que tener en cuenta en torno a los 10 millones que puede recibir el equipo por el market-pool.
Un total de 125 millones de euros que deberían de estar destinados para mejorar al equipo. A los colchoneros no les da. Este año los números fuera de casa han sido muy flojos. La plantilla necesita una revolución muy grande si quiere aspirar a grandes cosas. Se ha demostrado que no les da para competir 90 minutos en Europa. A día de hoy, la realidad es esa por mucho que duela.
La defensa está muy envejecida, se necesita juventud. El centro del campo hay que reforzarlo con un «5» de garantías, y en la delantera se necesita un killer que meta el máximo número de goles posible. Diego Pablo Simeone ha ido dejando declaraciones a lo largo de la temporada sobra dicha revolución, pero no todo depende de él.
La directiva tiene que acompañar al entrenador. Intentar traer lo que pide el míster y no descartes de otros equipos. Mientras esto siga así será muy difícil que el Atlético de Madrid compita contra los grandes equipos a nivel nacional e internacional. Se puede llegar a entender la política de primero vender para después fichar, pero hay que hacerlo de verdad, apostar a lo grande de una vez por todas. Estos últimos años Gil Marín y compañía no lo han hecho, han preferido llenarse sus bolsillos y fichar mal y barato. Mientras esto siga igual, no habrá nada que hacer.