El 23 de diciembre de 2011 sería el comienzo de una nueva era para el actual Atlético de Madrid. Llegaba Diego Pablo Simeone a la disciplina madrileña después de que se oficializara su regreso al club en el que ganó la Liga y la Copa del Rey como jugador. Ahora, su misión era devolver al Atlético a los lugares de preferencia en España y en Europa como entrenador.
Hasta la llegada de Simeone, el Atlético era un equipo “sin identidad”, que iba dando tumbos en la competición doméstica(séptimo en la temporada 2010-2011), que vendía año tras año a sus jugadores franquicia (caso del Kun Agüero), que mostraba una irregularidad impropia de su historia en Europa (en la 09-10 se proclamó campeón de la Europa League y al año siguiente caía eliminado en la fase de grupos de la misma competición tras una derrota con el Aris de Salónica) y que no tenía una idea clara de juego. Pero la gota que colmó el vaso fue la eliminación del cuadro rojiblanco en la Copa del Rey a manos del Albacete, un Segunda B por aquel entonces. Al final de la eliminatoria, la directiva del Atleti decidió destituir a Gregorio Manzano y dar las llaves del “barco” a Diego Pablo Simeone. Algo cambiaría en el Atlético. Este Atlético ha pasado de ser un equipo al que le costaba meterse a duras penas en Europa a ser un equipo ganador y temible en España y Europa.
2011-2012:
La temporada 2011-2012 sería la de la llegada de Simeone al conjunto colchonero, aunque no sería su primera temporada completa. Cogió las riendas del equipo a mitad de temporada y resucitó a un grupo de jugadores que, como ya hemos dicho, deambulaban por los terrenos de juego y los insufló una mentalidad ganadora. Cuando el técnico argentino se hizo cargo del Atlético, el cuadro madrileño ocupaba una lejana undécima posición en el campeonato nacional de Liga para situarlo al final de la misma campaña en quinto lugar con un total de 56 puntos a únicamente dos puntos del cuarto puesto que ocupó el Málaga y que daba derecho a disputar la previa de la Liga de Campeones de la siguiente temporada.
Eso en lo que respecta al torneo de la regularidad. Ahora analicemos cómo fue la temporada para el Atlético en el viejo continente. El equipo rojiblanco se encontraba inmerso en la Europa League, competición que ya había ganado anteriormente en la temporada 2009-2010 de la mano de Quique Sánchez Flores y la primera eliminatoria en la que Simeone era el entrenador del equipo, enfrentó a Atlético de Madrid y Lazio, precisamente otro equipo en el que el argentino militó como jugador. Era, sobre el papel, una eliminatoria pareja pero los rojiblancos se impusieron con claridad a los romanos y ganaron los dos partidos (1-3 en Roma y 1-0 en Madrid) disputados y, de esa forma sellaron su billete a los octavos de final. Allí les esperaba el Besiktas. El conjunto turco no fue rival para los atléticos ya que sucumbieron por 3-1 en el Calderón y por 0-3 en Estambul.
El siguiente escollo para los rojiblancos en su camino a Bucarest sería el Hannover 96. El conjunto teutón fue el que le puso las cosas más difíciles a los pupilos de Diego Pablo Simeone en esta competición porque hasta las postrimerías del partido de vuelta en Alemania, el equipo madrileño no resolvería la eliminatoria a su favor a pesar de que se impusieran en los dos partidos (2-1 en el Calderón y 1-2 en Hannover). La penúltima piedra en el camino del Atlético para conseguir su segunda Europa League era el Valencia de Unai Emery. Los rojiblancos eliminaron a los chés como ya hicieran en la edición de la temporada 09-10 con total autoridad (4-2 en el Calderón y 0-1 en Mestalla) demostrando su fortaleza en eliminatorias y certificando, de esta forma, su pase a la final.
En esa final esperaba otro equipo español, el Athletic de Bilbao que, de la mano de Marcelo Bielsa se plantó en la finalísima de Bucarest con un juego brillante y habiendo eliminado a equipos de la talla del Manchester United, Schalke 04 o Sporting de Portugal, entre otros. Sobre el papel, el cuadro bilbaíno era el gran favorito para alzarse con el cetro continental vista su trayectoria en la competición. Tampoco era nada desdeñable la del Atlético, que para llegar a la final había ganado todos sus partidos de las eliminatorias que había disputado en la competición desde que Simeone se hizo cargo del equipo y ya acumulaba 11 victorias consecutivas en Europa. Gran final la que se presentaba entre dos equipazos. En un partido para enmarcar, el Atlético de Madrid se impuso por 3-0 al Athletic en una final marcada por la actuación estelar de Radamel Falcao que, con sus dos goles decantó en el primer tiempo la final para su equipo. Ya en los últimos minutos, Diego Ribas puso la guinda y certificó la segunda Europa League en tres años para el cuadro rojiblanco y el cuarto título europeo para las vitrinas del Vicente Calderón.
Al ser campeón de la Europa League, el Atlético tenía derecho a disputar la Supercopa de Europa de ese año. En la misma se enfrentaría al Chelsea, que fue el ganador de la Champions League de la 11-12. En las filas del conjunto inglés se encontraba un viejo conocido de la afición rojiblanca, nada más y nada menos que Fernando Torres, ídolo de la “torcida” atlética que se enfrentaba al club de sus amores en una final europea. Como igual que ocurriera en la final de Bucarest, el Atlético no era sobre el papel el favorito pero volvió a hablar sobre el césped y dio un auténtico recital de fútbol en Mónaco donde empequeñeció al campeón de la Champions (4-1 para el Atlético) con una lección magistral de Radamel Falcao que volvió a hacer de las suyas y consiguió marcar 3 goles en una noche que el colombiano jamás olvidará y convirtiendo,de esta forma, en “supercampeón” de Europa al cuadro colchonero. El otro gol rojiblanco lo anotaría Joao Miranda, otro hombre de finales.
2012-2013:
El curso 2012-2013 sería el primero en el que Diego Pablo Simeone dirigiera por completo a su plantilla. En la Liga, el Atlético estuvo en casi la totalidad del campeonato, en el podio del mismo, llegando incluso a disputarle al Barcelona, que, a la postre, sería el campeón el liderato durante varias jornadas. Finalmente, el conjunto madrileño finalizaría en tercera posición el campeonato de la regularidad con un total de 76 puntos, convirtiéndose de esta forma en el mejor tercer clasificado de la historia de la Liga y registrando a su vez una de las mejores puntuaciones de la historia del club rojiblanco. Además, Courtois sería el portero menos goleado del campeonato, lo que le convertiría en el Zamora.
En lo que respecta al torneo del KO, la Copa del Rey, Simeone no pudo tener un mejor debut en esta competición ya que a la primera, consiguió alzarse con el título tras ganarle en una final histórica a su eterno rival, al Real Madrid (1-2 para los rojiblancos) en el Santiago Bernabéu tras remontar el gol inicial de Cristiano Ronaldo. Diego Costa y Miranda, de nuevo, metiendo un gol en una final, serían los encargados de acabar con la racha de 14 años sin ganar un derbi y de conseguir la décima Copa del Rey en la historia del Atlético.
Mientras que en Europa, la cosa no fue tan bien para el club de la ribera del Manzanares con respecto al ejercicio anterior. Las prioridades de esta temporada eran el asegurar un puesto que diera acceso directo a la Liga de Campeones (se consiguió) y de llegar lo más lejos posible en la Copa del Rey (se ganó el título). La Europa League no fue tomada con toda la importancia ya que se utilizaba para dar minutos a los jugadores que contaban con menos minutos en la Liga. En dieciseisavos de final, el Atlético caería eliminado con el Rubin Kazan después de caer derrotado por 0-2 en el Calderón. Los madrileños se impondrían por 0-1 en la vuelta con un gol de Falcao, insuficiente para voltear el resultado cosechado en la ida y diciendo a finales de febrero adiós a Europa. Esta eliminación tampoco supuso muchos quebraderos de cabeza para el equipo porque, como ya hemos dicho, en esta temporada se priorizaron la Liga y la Copa del Rey.
2013-2014:
Una temporada que tendrán grabada a fuego todos los aficionados rojiblancos. El Atlético volvió a ganar una Liga 18 años después y de la manera más heroica posible. En la última jornada contra el Barcelona y en el Camp Nou. Godín fue el encargado de hacer el milagro realidad. Contra dos presupuestos mastodónticos como son los del Barcelona y del Real Madrid, el Atleti fue capaz de superarlos a base de trabajo y confianza, demostrando que la ilusión gana en ocasiones a la lógica. 90 puntos y con la mejor defensa del campeonato, los “guerreros” del Cholo supieron sufrir y ganar un título que ya es parte de la legendaria historia colchonera.
En la Copa del Rey, el Atlético no pudo revalidar el título aunque realizó una gran actuación ya que se coló entre los cuatro mejores de la competición. Su verdugo fue la víctima del año anterior en la final, el Real Madrid. De esta forma, el equipo dirigido por Carlo Ancelotti se tomó la revancha de la final perdida en 2013 en el Santiago Bernabéu ante los rojiblancos.
Este curso 2013-2014 supondría el regreso del Atlético de Madrid a la máxima competición continental, la Uefa Champions League cuatro temporadas después de su última participación, que fue en la temporada 2009-2010. El objetivo marcado para esta competición era el de, al menos, pasar la fase de grupos y no sólo los chicos de Simeone superaron la liguilla sino que estuvieron a un paso de conseguir la “orejona” pero vayamos analizando la trayectoria atlética paso a paso. El equipo madrileño quedaría encuadrado en la fase de grupos con el Oporto, el Zenit, y el Austria de Viena. Los colchoneros se mostraron intratables en los seis partidos de la fase de grupos registrando un total de cinco victorias y un sólo empate en San Petersburgo ante el Zenit, accediendo a los octavos de final sin haber perdido un solo partido en la citada liguilla. En los octavos de final, el Atlético tendría un gran desafío por delante. Todo un Milan sería el rival de los rojiblancos en la primera de las tres eliminatorias que los madrileños disputarían en aquella edición de la Champions. La ida se jugó en el mítico San Siro, escenario de la final de este año, y el siete veces campeón de Europa puso contra las cuerdas a los de Simeone en el primer tiempo pero en el segundo acto un testarazo de Diego Costa acercaba el pase a los cuartos de final con una victoria memorable (0-1) que luego se refrendaría en el Calderón. Como ya hemos dicho, el Atleti certificó el pase a los cuartos en la vuelta con un incontestable 4-1.
En cuartos de final esperaba otro “coco”, el dominador del fútbol europeo en temporadas anteriores, el FC Barcelona. En esta eliminatoria fratricida, el cuadro culé era el gran favorito para acceder a las semifinales de la Champions pero enfrente del “cuadrilátero” tenia a un equipo que en palabras de su técnico, “no le tenía miedo ni a la muerte” y que le pondría las cosas muy difíciles al equipo dirigido por Martino. Gracias a un golazo de Diego Ribas, el Atleti se traería un importantísimo empate a 1 del Camp Nou que le dejaba con muchas opciones de clasificarse para semifinales. En un Vicente Calderón a rebosar, el Atlético pasó por encima del Barcelona (1-0) consiguiendo, de esta forma un histórico pase a semifinales 40 años después de haberlo conseguido por última vez. Koke fue el encargado de seguir con el sueño rojiblanco.
El último escollo para llegar a la final de Lisboa sería el Chelsea de José Mourinho, reeditando de esta forma la final de la Supercopa de Europa del 2012. En la ida, disputada en el Vicente Calderón, Atlético y Chelsea empataron a 0 en un partido donde el temor a encajar algún gol por parte de los dos equipos pudo más que las ganas por llevarse un resultado favorable a Londres. Sería en la capital inglesa donde se resolviera quien de los equipos pasara a la finalísima. En un magnífico escenario como Stamford Bridge, el Atlético se metería en la final realizando un partido que ya quedará en la memoria de todos los seguidores rojiblancos. Los de Simeone se impondrían por 1-3 con goles de Adrián, Diego Costa (de penalti) y Arda Turan después de remontar el gol inicial de Fernando Torres que, por primera vez, marcaba a “su” Atleti. En la final esperaba el Real Madrid.
El camino para llegar a Lisboa estaba lleno de piedras pero el Atleti las solventó con creces y sin perder ningún partido de los 12 que había disputado en la competición, algo impresionante. Ya había tumbado al Barcelona y tocaba vencer al otro transatlántico español, al Real Madrid. Para ese partido se presentaba el Atlético sin una de sus estrellas, Arda Turan, que había caído lesionado en el partido que le dio la Liga al equipo rojiblanco. Y en el minuto 7 de la final, Diego Costa también se tenía que retirar lesionado, por lo que se le ponía las cosas muy difíciles a los de Simeone. Pese a todas estas adversidades, el Atleti se adelantaría en el marcador con gol de Godín, imponiendo por alto su prodigiosa cabeza. Durante el transcurso del encuentro se veía a un Atlético desgastado físicamente debido al esfuerzo que había realizado la semana anterior para alzarse con la Liga en el Camp Nou pero que resistía ante las acometidas blancas. Cuando el conjunto colchonero estaba a punto de dar el “sorpasso” un gol de Sergio Ramos llevaba el partido a la prórroga, donde el cuadro colchonero veía como Filipe y Juanfran se lesionaban y cómo el Madrid remontaba el partido y ganaba, de esta forma, la Champions League. Un final cruel para un Atleti que se vació y peleó hasta la saciedad contra las adversidades en un partido marcado por las bajas que tenían los de Simeone. Pese a todo, una temporada para enmarcar.
2014-2015:
Este curso arrancaba de la mejor manera posible. El Atleti le ganaba la Supercopa de España al Real Madrid en el mes de agosto, poco después de la final de Champions que disputaron ambos equipos. Raúl García y Mandzukic daban otro título a un Atlético que se tomaba su particular venganza contra sus vecinos. Un 1-1 en el Bernabéu y un 1-0 en el Calderón certificaban la segunda Supercopa de España del cuadro rojiblanco.
En la temporada pasada, el Atlético volvió a quedar entre los tres primeros de la Liga por tercer año consecutivo, algo que no había conseguido en toda su historia. Sin duda, la estabilidad que Diego Pablo Simeone había proporcionado a su equipo a pesar de las numerosas bajas que el Atlético sufrió durante el mercado estival con las marchas de jugadores como Courtois, Diego Costa, David Villa o Adrián, entre otros. No era fácil sustituir a los jugadores anteriormente mencionados y el Atleti volvió a cumplir con las expectativas generadas a principio del curso de volver a quedar en el podio del campeonato. El conjunto rojiblanco quedó tercero con 78 puntos, superando de esta forma la puntuación que había acumulado hace dos temporadas, y volviendo a convertirse en el mejor tercero de la historia de la competición. Este curso quedará marcado por el 4-0 histórico que el Atleti le endosó al Real Madrid en el derbi disputado en el Vicente Calderón, además de haberse impuesto también en el Bernabéu por 1-2. También estaría marcado por el regreso de Fernando Torres a la que había sido su casa desde los seis años hasta los veintitrés, cuando decidió poner rumbo a Liverpool con el objetivo de que el Atleti creciera como equipo y el como jugador. Ambas cosas se cumplieron.
En la Copa del Rey, el Atleti llegó hasta los cuartos de final tras haber eliminado anteriormente al Real Madrid. Los rojiblancos se impusieron a los merengues (2-0 en el Calderón y 2-2 en el Bernabéu) en los octavos de final volviendo a vencerles como ya habían hecho en la Supercopa de España y en la Liga, demostrando que lo de Lisboa no les afectó para nada. El doblete de Fernando Torres en el Bernabéu en el partido de vuelta también quedaría para la posteridad. En los cuartos, el conjunto madrileño no pudo con un Barcelona que se mostró intratable en todos los enfrentamientos que disputaron ambos equipos a lo largo de la temporada.
En lo que se refiere a Europa, el Atlético volvió a meterse entre los ocho mejores equipos del continente después de clasificarse como primero en un complicado grupo que estaba conformado por la Juventus de Turín que, posteriormente, se convertiría en finalista de la competición, el Olympiacos y el Malmö sueco. De esta fase de grupos, destaca la victoria del Atleti (1-0) ante la Juve en el Vicente Calderón con gol de Arda Turan, en lo que fue uno de los mejores partidos de la temporada del club colchonero.
En octavos de final esperaba el Bayer Leverkusen, un equipo que, a priori no plantearía demasiados problemas a los madrileños pero que hizo sudar la gota gorda a los de Simeone. El conjunto alemán ganó por 1-0 con un gol de Calhanoglu que obligaba al Atlético a remontar en el Vicente Calderón en el partido de vuelta. De esta forma, el Atleti buscó la remontada ante su público y la consiguió, no exenta de muchísimo sufrimiento. Un gol de Mario Suárez igualaba la eliminatoria y ante la igualdad que se plasmaba en ambos equipos, el partido llegó a la prórroga y, posteriormente, a los penaltis. Allí surgiría un héroe inesperado: Jan Oblak. El esloveno llegó en el mercado veraniego procedente del Benfica por un montante de 16 millones de euros, convirtiéndose de esa forma en el portero más caro de la historia de la Liga y con el objetivo de hacer olvidar a Courtois. La temporada no habia ido bien para el joven cancerbero porque Moyá era hasta la fecha el portero titular de los rojiblancos pero la lesión del meta mallorquín en el transcurso del encuentro hizo que Oblak asumiera la responsabilidad de meter al Atleti en cuartos de la Champions. Y así fue. Su parada en el penalti lanzado por Calhanoglu y los fallos de los germanos clasificaron a los colchoneros para la siguiente ronda. También fueron claves en la clasificación jugadores como Griezmann, Koke y Fernando Torres. El de Fuenlabrada había regresado al club de sus amores en el mercado invernal para noches como ésta. No falló cuando le tocó y metió al Atlético en la siguiente ronda.
En la siguiente ronda el Atlético volvería a enfrentarse al Real Madrid. Un total de ocho derbis disputaron la temporada pasada. El Atleti sólo perdió uno, aunque fue de nuevo en la Champions. Un gol de Chicharito rompía el empate en la eliminatoria y dejaba fuera de Europa al Atlético que, pese a este revés, había dejado claro que hacía sufrir de lo lindo a sus vecinos como bien demostró en la Liga, en la Copa y en la Supercopa de España.
2015-2016:
Otra temporada para enmarcar del conjunto rojiblanco. Por cuarto año consecutivo, el Atlético jugará la Uefa Champions League al volver a estar entre los tres primeros de la Liga. Este año, el Atleti ha dado mucha más guerra a Barça y a Real Madrid y es que los jugadores de Simeone han estado cerca de volver a hacer otra machada como la que habían realizado en la 2013-2014. Los colchoneros han perdido las opciones de ser campeones a falta únicamente de una jornada de la conclusión del campeonato. Los rojiblancos llegaron a estar a ocho puntos de los azulgranas quedando siete jornadas para la conclusión del torneo pero tres derrotas de los culés volvieron a meter al Atleti en la pomada, gracias, en parte, a la presión ejercida por los madrileños durante gran parte del campeonato. El cuadro atlético ha finalizado el torneo de la regularidad en tercera posición. Sus 88 puntos ya le aseguran ser, de nuevo, el mejor tercero de la historia, batiendo los anteriores registros. Sin duda, una puntuación espectacular.
La Copa del Rey ha representando el lunar del Atlético esta temporada. Los rojiblancos cayeron contra todo pronóstico ante un Celta de Vigo que fue superior en el partido de vuelta en el Vicente Calderón y que, con su victoria por 2-3 anulaba el 0-0 de la ida y dejaba fuera a los de Simeone del torneo del “KO”. Sin duda, un tropiezo que poca gente se esperaba.
La participación del Atlético de Madrid en la Champions League de esta temporada ha vuelto a ser heroica. Los madrileños han vuelto a plantarse en otra final, como ya hicieran hace dos años. No ha sido fácil pero los rojiblancos estarán en Milán con todo el merecimiento del mundo. Han vuelto a superar a rivales que, sobre el papel, eran muy superiores a los colchoneros y también han superado numerosas faltas de respeto por la forma de jugar de los de Simeone.
En la fase de grupos, el Atleti tuvo que superar a Benfica, Galatasaray y al debutante Astaná para acceder a los octavos de final de la Champions League. No fue sencillo para los del Cholo pasar a la siguiente ronda como primeros de grupo ya que, hasta la última jornada de la liguilla, no se sabía si el Atlético se iba a plantar en octavos como primero o segundo.
Certificado el pase a la final, se presenta otro desafío de gigantesca magnitud. El Real Madrid vuelve a ser el rival en la final de la Champions sólo dos años después de la final de Lisboa. Como ya fue ante el Bayern, la premisa de los jugadores es la de hablar de una “nueva oportunidad” y no de una “revancha” porque se trata de un partido distinto. Después de haberse cargado en las eliminatorias al campeón de Holanda, al campeón de España y al campeón de Alemania, el Atleti afronta esta final con optimismo, porque es un equipo con más experiencia que el que llegó a la final de Lisboa y porque ha demostrado en sus últimos enfrentamientos con el Real Madrid que le puede competir y ganar de tú a tú. Es el momento de hacer historia. Ahora es el momento, Atleti.