El Atlético de Madrid se vio totalmente desbordado en Anoeta. Una Real Sociedad muy superior pasó por encima del conjunto rojiblanco que, excepto, en algunos momentos del partido pareció a ese equipo perezoso, sin ánimo y desmotivado de la era pre-Simeone. La baja de Lucas en el lateral izquierdo no ayudó. Con Filipe lesionado, Diego Pablo Simeone tuvo que decantarse por Sime Vrsaljko, lateral derecho, en el carril izquierdo. Cierto es que se ha desempeñado en esa posición con Croacia pero, desde que el balón echó a rodar, se vio que iba a pasar una muy mala tarde.
El juego colchonero era muy lento, previsible y fácil de leer para una Real Sociedad que, tras la marcha de Eusebio, parece otra. Más vertical, más rocosa y, sobre todo, con más motivación. La eliminación contra el Salzburgo supuso un jarro de agua fría para el equipo txuri-urdin pero con Imanol Alguacil ha recuperado el espíritu que le llevó a Europa la pasada temporada. Por su parte, el Atlético parecía que el partido de esta tarde era un entrenamiento más en el Cerro del Espino. Los Thomas, Koke, Correa y compañía no rindieron a un gran nivel. Puede haber sido por falta de motivación, falta de intensidad, falta de concentración o también porque Illarra se hizo gigante ante los rojiblancos.
Hasta el gol de la Real, el partido era totalmente insípido. Falto de ritmo, de ocasiones, muchas interrupciones y poco fútbol. El primer zarpazo lo dieron los pupilos de Alguacil y, desde ahí, el conjunto donostiarra controló el partido a su antojo. Januzaj, quizá en su mejor partido desde que milita en la Real Sociedad, puso un balón filtrado y Willian José, muy astuto, se anticipó a los zagueros rojiblancos, bastante lentos, se quedó libre de marca y definió al poste derecho de Jan Oblak. En otras ocasiones, el Atlético hubiera despertado pero, en Anoeta, se quedó hecho un flan. También es justo decir que el linier señaló dos fueras de juego erróneos al conjunto madrileño que de no haber sido pitados, podrían haber provocado un desenlace totalmente distinto en el partido.
En el segundo tiempo, la entrada de Fernando Torres por un desaparecido Correa, insufló algo de competitividad al Atlético y, de una forma u otra, se acercó a la meta defendida por Rulli. El de Fuenlabrada tuvo una de las pocas oportunidades del equipo en San Sebastián. Tras un centro medido de Vrsaljko, remató con demasiada fuerza y la pelota se marchó por encima de la portería. El propio Vrsaljko tendría otra oportunidad, siendo ésta, sin lugar a dudas, la más clara del Atleti. El croata remató en semifallo y a punto estuvo de poner el 1-1 en el marcador.
Después de esas dos ocasiones marradas, la Real Sociedad intentó dormir el partido con los cambios y lo consiguió. La entrada de Juanmi y de Canales supuso un soplo de aire fresco y con el malagueño y el cántabro encontrarían más espacios en una defensa rojiblanca que adelantó sus líneas en busca del empate y encontraría el premio de la sentencia. Tras una primera contra fallida, a las dos siguientes, Juanmi, no desaprovechó la oportunidad y batiría en dos ocasiones a Oblak. La primera, con una exquisita vaselina y en la segunda, con un remate de cabeza ajustado al palo.
Ahí se acababa la pájara del Atlético. 90 minutos para olvidar en Anoeta. Esperemos que se olviden allí porque, si no, las opciones rojiblancas de cara a la eliminatoria frente al Arsenal serían totalmente ínfimas. Dentro de tres días, una nueva cita en el Metropolitano ante el Betis para pasar página y superar el mal trago de txakoli.