Primera semana tranquila para el Atleti en bastante tiempo. Hace falta echar una mirada al futuro más inmediato, y reflexionar sobre cómo han ido las cosas e imaginar cómo serán. En estos meses de competición desde que comenzara la temporada en agosto se han escrito muchas cosas sobre el equipo, muchas negativas y alguna positiva. Quizás sea el mejor momento para hacerlo de forma sosegada.
Siempre se dice que después de la tormenta llega la calma, con el equipo de Simeone se rompe el molde. Se ha pasado del catastrofismo total a un optimismo (casi eufórico en algunos) en cuestión de días, horas, diría que incluso segundos. El inicio de temporada no ha sido el mejor del mundo, sobre todo por la eliminación en Champions en un grupo en el que tenía que haber impuesto su ley sin piedad. Puede achacarse a la falta de puntería, la de rendimiento de determinados jugadores, falta de fichajes por la sanción, algunas lesiones, y si son atrevidos incluso al manejo de Simeone del grupo. Con todas estas razones podrían acertar o fallar según el momento en el que las esgrimieran. A pesar de todo lo ocurrido el Atleti sigue compitiendo en Europa, en una competición menor pero compite. En Copa sigue adelante con un sorteo relativamente favorable. Y en Liga se halla tercero por delante del Real Madrid y a 6 puntos del líder, el FC Barcelona.
Las navidades se acercan y llegarán los reyes para el Atleti, dos regalos para su gran carencia en los últimos meses: el gol. Vitolo y sobre todo Diego Costa. Y aunque a priori puedan parecer poca cosa estos dos fichajes, sólo son dos hombres, el aroma de este equipo cambiará radicalmente. El Barça no es igual de temible sin Messi, el Madrid asusta menos sin Cristiano, el Atleti infunde menos respeto sin Costa. Porque Diego es el delantero total, hecho a la medida del juego de Simeone, canchero, bravucón, letal. Capaz de desequilibrar el sólo un encuentro, tiene ese halo que pocos desprenden. No existe partido que se vuelva inamovible con el sobre el campo. Capaz de sacar de quicio a rivales y árbitros, nada volverá a ser como antes.
Todo esto nos lleva a una pregunta obligada, si el equipo se encuentra peleando por tres competiciones con una plantilla en transición de renovación ¿qué ocurrirá cuando Simeone la termine? Echen a volar su imaginación, este equipo contestará a la pregunta como siempre lo ha hecho, partido a partido.