La noche de Anfield, el pasado 11 de marzo, Morata saltó al césped del estadio del Liverpool con claros síntomas de que no estaba al 100%. A pesar de sus molestias, anotó el último tanto oficial del equipo hasta la fecha. Tras las pruebas médicas realizadas tras el partido, le diagnosticaron una recaída en su lesión en los isquiotibiales.
Durante el periodo de confinamiento, el delantero ha estado trabajando en su casa para recuperarse de la lesión, aunque siempre bajo la supervisión de los médicos del club. Ahora, un mes después de su recaída de la lesión, Morata ya ha superado sus molestias y se encuentra disponible para trabajar al igual que sus compañeros, aunque sea desde casa.