El Atlético de Madrid era recibido por un caluroso Vicente Calderón. Como viene siendo habitual, se colgaba el cartel de no hay billetes en las taquillas del estadio de la Ribera del Manzanares. La afición, orgullosa de los suyos, no fallaba a una cita importante y en la que se jugaban más que tres puntos. Se preveía un partido difícil e incluso con la lluvia como invitada especial, apenas se veían asientos vacíos en las gradas del templo rojiblanco.
Era el comienzo del encuentro y en el Fondo Sur del estadio se desplegaba una pancarta en la que se podía leer «Nunca dejes de creer». El lema que se propuso para la vuelta de los cuartos de final de la Uefa Champions League y que tanto fruto dio, presidió la grada del Fondo Sur durante los primeros minutos del encuentro. El grupo de animación, Frente Atlético, mandó un comunicado antes del encuentro para apoyar al equipo a la conclusión del partido, pero todo comenzó antes con esta pancarta.
Durante los noventa minutos la afición no paró de animar, incluso en los momentos más complicados, en los que el Málaga se sentía a gusto en el terreno de juego y buscaba un gol que les diese el empate. Pese a esto, la fiel afición colchonera apoyó y fue uno más. También tuvo tiempo de mandar ánimos a Diego Godín o al propio Simeone, quien fue expulsado tras el pitido final de la primera parte.
La segunda parte transcurrió sin ningún hecho destacable, hasta que el cuarto arbitro sacó el cartelón con el tiempo de descuento. En ese mismo instante, se empezó a mover el fondo sur y se comenzó a desplegar una nueva pancarta. Una pancarta en la que se podía leer: «El miércoles ganad #PorNuestrosMayores». Un mensaje claro, con un trasfondo también bastante claro. Es la segunda vez en la historia de la Champions en la que el Atlético de Madrid y Bayern de Múnich se cruzan. En el único precedente, queda grabado en la retina de los más mayores, de ahí el lema de la pancarta, aquel gol de Luis Aragonés de falta directa y el fatídico gol Schwarzenbeck, a Reina, en el último minuto de la final del 1974.
Es más que un partido el del próximo miércoles. Más que una eliminatoria. Es honrar a todos nuestros mayores. A los que están y a los que ya apoyan desde el tercer anfiteatro. A Luis, al ‘Pechuga’, a la señora del sector 430, fila 7, asiento 21, a cada uno de los que vivieron dichosa final. Por que sólo hay un camino y es luchar juntos hacia la victoria. Por que «Si se cree y se trabaja, se puede». Por nuestros mayores, sólo queda una, es ganar y darles lo que se merecen.