Desde hace años estoy convencido de que hay tres sitios totalmente inexpugnables, que intentar su asalto puede costarte la vida, por este orden son: Fort Knox, el Abismo de Helm, y la nevera de mi madre. Asaltar el primero es imposible porque Estados Unidos no es el país más rico del mundo por ir regalando su oro. El segundo porque obviamente existe únicamente en nuestra imaginación pero seamos serios, si existiera de verdad si unos orcos enormes armados hasta las cejas no pudieron lograrlo yo con mi delgada figura de 1,81 metros no llegaría ni al muro. Y por último la nevera de mi madre, que desde que abandonara el hogar familiar hace unos años cada vez que voy la amenaza de la zapatilla o la sartén en la mano siguen infundiéndome un respeto más que razonable. Al grito de «esta es mi casa, aquí mando yo» mi progenitora hace aflorar mis miedos más profundos.
Por todo eso, el hecho de que el Atleti pueda asaltar la Liga en el Camp Nou no me parece descabellado. De ganar este domingo los colchoneros habrían reducido en pocas jornadas una distancia de 10 puntos a tan sólo 2. Y con otras 11 jornadas por delante, si el resultado logrado fuera un empate tampoco me parecería malo para el Atleti. El Barça todavía tiene muchas citas más importantes por delante que las que tienen los nuestros. Pero el generalizado estado de optimismo no parte de haber reducido la diferencia de puntos sino del gran estado de forma en el que se encuentran las rutilantes estrellas del equipo. Costa desde que llegó ha cambiado totalmente la sinergia del equipo, le ha dado una cara nueva, una más fiera. Con el de Lagarto fijando centrales y creando caos a su paso todo parece más sencillo para sus compañeros. En concreto es más fácil para Griezmann.
Antoine lleva siete goles en dos partidos, recordemos que uno de ellos era frente al Sevilla y no frente al Orcasitas. Se siente mucho más libre de presión, de marca por los defensores enemigos (parece que tienen tarea con Costa) y ahora se le ve hasta feliz. Tras pedir disculpas a la afición de una forma sui generis, y alimentándose el rumor de que es posible que se quede otra temporada más, han vuelto a salir los tradicionales medios de la propaganda de la bi-liga a airear presuntos acuerdos verbales, preacuerdos y otras historias para no dormir. Como si el caso Vitolo no les hubiera enseñado nada. A falta de prudencia y de hechos contrastados, la realidad es que el francés parece decidido a conquistar el Camp Nou para hacer su primer gol en territorio culé con la zamarra rojiblanca.
Si algo funciona no lo toques, habrá pensado Simeone. Por eso parece más que problable que repitan en Barcelona los mismos que golearon en el Pizjuán. Tampoco tiene muchas más alternativas, sólo dispone de 15 jugadores de la primera plantilla sanos. El técnico argentino recurrirá a su plan fetiche de los grandes partidos, cuatro mediocentros para hacerse con la zona de más importancia para los culés. Doblegar a Iniesta, Rakitic y Busquets no es una tarea sencilla y dispondrá de un mediocentro totalmente «made in cantera». Con Gabi, Thomas, Saúl y un Koke que parece está volviendo a sus fueros. Su juego está volviendo a mejorar, y es evidente, 1 gol y dos asistencias así lo certifican.
Pero en frente estará el mismo diablo de siempre, el jefe final de todas las competiciones, Lionel Messi. El argentino es la principal arma del Barcelona. Es el jugador que si despliega su potencial es capaz de darle la vuelta a un partido en cuestión de 5 minutos. Empeñado en ganar la Liga mientras su compañeros se han confiado, volverá a medirse a su némesis, el equipo rojiblanco. Los únicos capaces de expulsarles dos veces de la Champions, los únicos capaces de ganarles una Liga en casa. Los viejos fantasmas vuelven, pero él es el verdadero monstruo. Veremos si el argentino sucumbe al asalto o se impone al grito de «esta casa es mía, aquí mando yo».
El partido podréis seguirlo por BeIN LaLiga y por nuestro Twitter @atleticosport desde las 16:15h.