Hace 23 días el Atlético de Madrid jugaba en el Camp Nou. Durante el encuentro Augusto Fernández, que estaba jugando sus mejores minutos de rojiblanco, realizó un tacklin a ras de suelo. Se dejó la rodilla de la pierna izquierda atrás y se le dobló. El argentino sintió un crujido, su cara de dolor presagiaba lo peor. A los colchoneros se nos heló el corazón.
Horas después se confirmaba la mejor de las peores noticias posibles. Tenía afectado el ligamento. Una rotura parcial cuyo pronóstico era de mes y medio o dos meses de baja. Poco más de tres semanas después recibe el alta médica. El argentino ya dijo que volvería antes, pero una cosa es acortar plazos y otra reducirlos a la mitad. Un milagro que parte de su predisposición genética y de la calidad de los servicios médicos del Atlético de Madrid. Bien es sabido que el Doctor Villalón y su equipo son especialistas en tratamientos de lesiones de rodilla y que son pioneros en el uso de la electro-estimulación (EPI) para acelerar proceso curativo de los tejidos tendinosos.
Milagro médico mediante, el Cholo podrá contar en los decisivos encuentros de Eindhoven y el Bernabeu con una pieza clave para su esquema en el centro del campo.